Este nuevo aniversario de la Patria nos encuentra  en  circunstancias que nos impiden celebrarlo juntos, como es el deseo seguramente compartido.

La incertidumbre y el temor nos agobian aquí y allá, y sería comprensible no sentir alegría, ni tener el ánimo dispuesto para celebraciones.

No obstante, vale la pena recordar que la gesta de mayo que nos dio nombre, identidad, memoria y afectos entrañables, también se abrió camino entre incertidumbres y temores.

Ser argentinos es reconocernos herederos de aquellos hombres y mujeres que lucharon por sus ideales, que sortearon dificultades, que se congregaron 210 años atrás para tomar el futuro en sus manos.

Razones de fuerza mayor nos obligan a cancelar nuestro tradicional encuentro, pero nada nos impide honrar este día y los valores irrenunciables que representa en un marco de paz, alegría, serenidad y, fundamentalmente, cuidándonos.

El compromiso de la Embajada Argentina ante el reino de Suecia sigue inalterado lo mismo que su trabajo en el servicio hacia nuestros compatriotas.

Por ello, los invitamos a levantar la copa y el corazón para agradecer el haber conseguido esa tan ansiada libertad, para dar lo mejor de nosotros y trabajar en paz, para que la justicia sea respetada y que todos los habitantes de nuestro hermoso país encontremos un lugar en la sociedad. En esta sociedad que como la de 1810 enfrenta muchas dificultades, pero también posee mucha fortaleza, es humana, solidaria y libre.

¡VIVA LA PATRIA!